jueves, 20 de marzo de 2008

SUPER SIZE ME -- una alegoría


La otra noche vi la peli Super Size Me por quizás la quinta vez . . . y sigue igual de graciosa. Es un documental sobre un hombre real -- Morgan Spurlock -- que se compromete a comer solo y exclusivamente comida de McDonalds por 30 días -- desayuno, comida y cena. Los resultados son asombrosos. Al final de los 30 días a Morgan le falta energía, está constantemente deprimido, pierde parte de sus capacidades sexuales, es físicamente un adicto a la comida basura, experimenta temblores, palpitaciones y dolores del pecho, tiene un hígado seriamente enfermo y, claro, pesa 12 kilos más. Empezó con salud perfecta. Increíble.

Pensando en la peli me di cuenta que tratamos la vida espiritual en una forma muy parecida. Llenamos la vida con basura y nos sorprendemos cuando nos sentimos deprimidos, atraídos al mal, con pocas ganas de leer la Biblia, hablar con Dios, amar a nuestro prójimo e incluso disfrutar de la plenitud de la vida sexual que debemos encontrar en el matrimonio. En vez de llenar la vida con la gracia y la verdad que encontramos en las escrituras, llenamos la vida con todo lo demás. La poca verdura que comemos los domingos por la mañana no es suficiente para combatir toda la grasa que comemos entre semana . . . y lo sabemos. Por eso nos sentimos y vivimos como hipócritas. Después de su Mcdieta, Morgan se comprometió a una nueva dieta sumamente sanable; sin embargo, le costó 14 meses para perder el peso. Cuando nos falta sed y hambre para Jesús, quizás no debemos esperar que todo cambiará un día cuando escuchamos la predicación perfecta o tenemos la valentía de decir basta. Quizás lo que debemos hacer es llenar la vida con la gracia del evangelio, con la verdad de la palabra de Dios, y con el amor de Su comunidad, es decir, llenarnos con el Espíritu. Todo no cambiará mañana, pero cambiará. Ten paciencia. Cuesta tiempo desintoxicarse de la basura y poder disfrutar de la auténtica riqueza de la gracia divina.

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